domingo, 29 de noviembre de 2009

viernes, 27 de noviembre de 2009

Recorridos romanos


Ya que (por cierto, injustamente) no soy romano, sólo me queda consolarme en el recuerdo.

En Santa María la Mayor, nave izquierda


jueves, 26 de noviembre de 2009

Ambivalencia

Un dvd de pronografía degradante puede ser útil para calzar una cómoda (lo mismo que una película pringada de sentimentalismo)

Fabrice Hadjadj en La fe de los demonios

lunes, 23 de noviembre de 2009

A la sombra de un tilo

No es una cuestión baladí el poner un nombre u otro a un negocio o cualquier tipo de asociación.
Dice mucho del objetivo, el espíritu o el fin que persigue una empresa.
En mi humilde opinión chirrían mucho los acrónimos del tipo BAR FERJULMAR (hecho con toda la buena intención del mundo para que todos los socios de la empresa se vean reconocidos, pero con resultados fatales), o todo lo que contenga las siglas Sociedad Anónima (GEDISA, PROGRESA...)
Por otro lazo pienso en acertados nombres: Ediciones Encuentro, Lost HighWay Records, Vértigo Films,...
Y una nueva para la lista. Editorial Lipa
Es la editorial del Centro Aletti, en Roma. Sede del taller del artista Marko Iván Rupnik.
Lipa es el árbol del tilo. Planta sagrada para el pueblo eslavo, que en la simbología cristiana está unida a la resurrección.
Es un árbol que se suele plantar en el frente de las casa, donde, a su sombre, la gente se encuentra para charlar en las tardes de verano

viernes, 13 de noviembre de 2009

Sabina está viejo

Por fin un entrevistador que deja hablar al entrevistado. Por fin un entrevistador en tve que no se escucha a sí mismo.
Ayer se emitió una entrevista con Joaquín Sabina en la 1. Se emitió en diferido por cierto, con lamentables cortes para publicidad en medio de una respuesta, cortando sin ton ni son. Para demostrar que lo importante es lo importante.

Este Sabina dice cosas interesante. Superada ya la imagen de crápula, se nota que ha visto de cerca los vertiginosos ojos de la muerte.
Me quedo con una de sus respuestas.
Contaba Sabina historias de su colegio de Salesianos. Los sábados tenían proyección de película de romanos. De hecho este es un verso de uno de sus ciento volando de catorce.
El padre salesiano se encargaba de poner la mano delante del proyector cada vez que había un beso. Recordó con gracia como un compañero suyo de curso superior gritó en el cobijo de la oscuridad: "¡estáis acabando con la afición!"
Acto seguido Sabina, lejos de ahondar el manido asunto de lo reaccionario-de-la-Iglesia, afirmó

- No como ahora, que tenemos porno por todos los lados. Además de la forma más
torpe y sin imaginación.

Ahora echo de menos esa mano que me tapaba el proyector
para no ver esas cosas

martes, 10 de noviembre de 2009

Dos caminos, dos tipos de música


Estoy en proceso de elaboración de una reseña en condiciones de Daiquiri Blues, de Quique González.

Sin pudor alguno puedo decir que es lo más interesante que he escuchado en los últimos años (excepción hecha de Vilma y los Señores y sus Turbulencias).

Desde la primera escucha te atrapa. Auténtico folk-rock. Letras cuidadas.

Acompaña la edición (por cierto, muy cuidada, así da gusto comprar discos) un dvd que contiene un documental sobre el proceso de grabación en Nashville, el lugar donde yo debería vivir.

El productor, Brad Jones, explica uno de los arreglos propuestos. Se trata de una sección de viento o metales, de un combo clásico de Nueva Orleans.

Cuenta que en la capital sureña hay dos tipos de música de viento. En la primera, una banda acompaña al féretro al cementerio. Con una cadencia lenta, marcando cada paso de la comitiva.

Una vez enterrado, esa misma banda tiene por la noche actuación en la ciudad. Y viene el segundo tipo de música, con el mismo sujeto activo. Esta vez llena de swing y ritmo.

El arreglo propuesto es del primer tipo. Y provoca que suceda uno de los mejores momentos del disco.




domingo, 8 de noviembre de 2009

Things have changed

Things have changed, decía Dylan en una de sus grandes obras de la última década.
Y se nota en pequeñas cosas.
Por ejemplo, hace años, tres en concreto, yo compraba discos en las tiendas especiliazadas del centro. Escridisco, Melocotón, Bangladesh... Conocía a los dueños. Me daban sus tarjetas. Me informaban de las últimas importaciones, bootlegs o piratas.
Hoy, sigo comprando discos. Algo que casi nadie hace ya.
Pero los compro en Carrefour. La última compra: una red de limones, pañales, y Daiquiri Blues, de Quique González...

¿Cuándo vas a venir otra vez por aquí?

viernes, 6 de noviembre de 2009

Glups

40 aniversario de Barrio Sésamo

Grafittis


No estoy en absoluto peleado con las nuevas formas de creación, con las nuevas propuestas.

Donde jamás incluiré los graffitis.

Considero que son especialmente feos.

Si el arte es encuentro, es comunicación, los graffitis no son arte.

Son la expresión de una necesidad de autoafirmación. Todo lo contrario de la comunicación.

Acabo de pasar por la carretera de Castilla, donde llevaban varios días edificando un muro en la Casa de Campo. El muro se había construido además con cierta gracia, con aspecto retro, mezclando ladrillo y piedra.

Hoy mismo estaba lleno de graffitis. Simples firmas de un individuo sin ganas de encontrar a nadie, salvo a sí mismo. Un nombre escrito con tipografía callejera. Ni rastro de belleza. Sólo ganas de autoafirmarse.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Daiquiri Blues

El pasado viernes Marcko Iván Rupnik afirmaba que la belleza necesita del discernimiento, que se entiende tarde, como el amor. Que la belleza no llega de inmediato.
Ponía un ejemplo: la buena música se descubre de la siguiente manera:
- compras un cd
- lo insertas en la radio del coche
- conduces, conduces mucho
- si a la tercera escucha el cd no ha salido volando por la ventana, es posible que estemos ante algo interesante

Algo así me sucedió con Quique González.
Compré su disco Ajuste de cuentas. Aseguro que es de lo meor que se ha grabado en mucho tiempo en el rock español, si es que este existiera.
Ahora publica Daiquiri Blues.
En este momento en el qu estás leyendo este post, estoy saliendo por la puerta del despacho en busca del cd, con el coche a punto para unos cuantos kilómetros...

martes, 3 de noviembre de 2009

Marko Iván Rupnik, sobre la belleza

La belleza es la carne de la verdad, la carne del bien. Si el bien no se encarna como belleza es una dictadura del fanatismo y del moralismo, de donde todo el mundo inevitablemente huye.
La verdad que no se hace belleza, es una ideología monstruosa que engulle a los hombres, y en nuestra historia tenemos ejemplo de ello.

domingo, 1 de noviembre de 2009

La disponibilidad del que huye de la autoafirmación


Espantados del golazo cultural que nos han colado del Halloween, vergüenza de nuestra identidad, si es que existiera, decidimos terminar el sábado viendo una película italiana: "por favor, una que se vea Roma", dijo Roci antes de elegir el título.
"Vacaciones de ferragosto" fue su elegida, cuyo título original es mucho más adecuado "Pranzo de ferragosto" (hace referencia a la fiesta del 15 de agosto en honor a la Virgen y de fin de las tareas agrícolas).
Gianni es un romano de Trastevere. En este punto dejé de leer el resumen que acompaña cada contraportada de los dvd. Ya me había cautivado. No es lo mismo ser un romano de Trastevere, que un madrileño de Las Rozas. No, no es lo mismo. Y es una gran injusticia. ¡Yo quiero ser un romano de Trastevere!
Como la realidad es testaruda, me conformo con Gianni, que hemos quedado que es un romano de trastevere, que vive en la casa familiar cuidando de su madre, viuda. El casero, al que deben más de una mensualidad, le propone que si se queda con su madre unos días de agosto, le perdona el deshaucio inminente. Pero no sólo es su madre, sino además una tía. El lote completo, al que se suma la madre de un amigo médico, que tiene noches de guardia, y cuya asistenta rumana se ha despedido.
Y esta es la esencia de "Vacaciones de ferragosto", bueno "Pranzo de ferragosto", mejor, que la peli es deliciosa en versión original.
El argumento me parece cautivador. Idea que se reafirma en el tono naturalista de la película. Contiene unos diálogos enternecedores. Pero no está ahí exactamente lo que me atrapó. Está en Gianni. Ahí vemos al bueno de Gianni con cuatro afables viejecitas. ¿Qué coño hace ese tío con ese panorama? ¿Por qué no se echa las manos a la cabeza?
En Gianni se ve alguien lleno de alegría deuteronómica. De él no sabemos mucho. Sí, cuenta su madre que tuvo amistades, pero no llegaron a buen puerto. Es un excelente cocinero, pero no sabemos si ese era su oficio. Pero es alguien con plena disponibilidad. Ante la realidad no huye, no la esquiva. Seguro que desea otra realidad, pero acepta la que tiene como regalo. Y le saca el jugo. Y las conversaciones cotidianas con el Vikingo en la puerta de la bodega se tornan en deliciosas. Y el vino es el mejor, y es un pecado mezclarlo con el agua. Y la pasta al forno está mejor con las indicaciones de la tia María, y...
Lejos, muy lejos está su autoafirmación. Gianni es un ser con otros para los demás.

Pd: este post se lo dedico a mi amiga bloggera Ana, a la que no le gustan que las películas, novelas, y cualquier historia de ficción o no, no contengan una historia de amor. Esta no la tiene, y podría ser una excepción de su regla.

Por qué Ayaan Hirsi Ali se ha convertido

 Artículo de Carl Trueman publicado en El Debate (Traducción de Pablo Velasco) Ayaan Hirsi Ali, ex musulmana y ahora ex atea, ha declarado r...