En esa fiesta de la lengua que es Diccionario para un macuto, dice García Serrano en la entrada «arenga» que según la Academia se trata de un discurso solemne y de elevado tono con el fin de enardecer los ánimos. Una alocución que se dirige por un jefe a sus subordinados para alentarles en el cumplimiento del deber o animarles a realizar actos extraordinarios. Se caracterizan por ser breves, enérgicas y directas. Aunque a su vez, habría que diferenciar según la carga retórica. Por ejemplo, aquella que el mismo García Serrano escuchó por primera vez de Mola: «Salimos con honor: volveremos con honor», o la que recoge de Alonso de Contreras: «¡A cenar con Cristo o a Constantinopla!». Claramente merecen un grupo diferenciado de la que también recibió el autor en Somosierra: «¡Adelante: al que le den que se joda!», o aquella otra que también servía para chaquetear (es decir, para retirarse): «¡Marica el último!».
jueves, 7 de septiembre de 2023
miércoles, 10 de mayo de 2023
Marx a su futuro yerno: "Antes de pensar en el matrimonio, usted tiene que haber logrado algo en la vida"
Por muy fundador del marxismo, por muy genio de la lucha dialéctica que sea uno, si el yerno se presenta como autor de un libro titulado El derecho a la pereza, lo más normal es preocuparse. En uno de sus Abecedarios filosóficos, Gregorio Luri nos puso sobre la pista de las resistencias que tenía Karl Marx a la relación de su hija con Paul Lafargue. En esta carta de 1863 lo expresa claramente, aunque pidió expresamente que la cosa quedara entre los dos.
Querido Lafargue:
Permítame que le haga algunas consideraciones:
Si desea continuar sus relaciones con mi hija, tendrá que renunciar a su «curiosa» forma de cortejo. Sabe muy bien que no se ha formalizado ningún compromiso, y hasta el momento todo está por decidir. Y aunque estuviera formalmente comprometida con usted, no debe olvidar que esto es una carrera de fondo. Una intimidad excesiva es inapropiada para dos amantes que vivan en el mismo lugar durante un período largo de tiempo, y necesariamente estará lleno de duras pruebas. He observado con preocupación cómo cambia de conducta de un día para otro en el período geológico de una sola semana. En mi opinión, el verdadero amor se expresa en la reticencia, la modestia e incluso la timidez del amante hacia el objeto de su veneración, y desde luego no en dar rienda suelta a la pasión de uno y en demostraciones prematuras de familiaridad. Si usted alude en su descargo a su temperamento criollo, es mi deber interponer mi razón entre ese temperamento y mi hija. Si en su presencia es incapaz de amar de una manera acorde con la latitud londinense, tendrá que resignarse a amarla desde la distancia. Estoy seguro de que entenderá la indirecta.
viernes, 31 de marzo de 2023
Padres angustiados
La cama elástica, ahí empezó todo. Cuando nuestro hijo mayor cumplió dieciséis años le regalamos una de esas grandes y redondas. Algunos padres (bueno, sobre todo madres) nos miraban con horror y pensaban que habíamos comprado algo peligrosísimo. Estaban preocupados con que nuestros hijos pudieran saltar sin vigilancia adecuada. Algunos insistían en decirnos lo horrorizados que estaban y, por si no nos habíamos dado cuenta, en mostrarnos lo meticulosos que eran en el cuidado de sus hijos, en la anticipación y evitación de todos los posibles peligros de los que está cargado este triste mundo. Como diría Juliana de Norwich: «Y todo estará bien», pero claro, ella no tenía hijos.
Recientemente la Academia Americana de Pediatría ha emitido un informe que condena el uso recreativo de camas elásticas en el hogar: «Son intrínsecamente peligrosas».
Una vez nuestro hijo pequeño y otro niño, cuando tenían siete u ocho años, estaban saltando en la cama elástica, chocando entre sí, riéndose histéricamente mientras caían. Nuestro niño no es precisamente un lanzado y chocaban muy suavemente. Les encantó el juego y habrían jugado durante horas.
lunes, 6 de marzo de 2023
Fragmentos de "Formación de selectos" de Ángel Ayala, S.J.
El padre Ayala fue un precursor y un realizador. Baste citar algunas de sus fecundas fundaciones: el ICAI y el Colegio de Areneros, la Congregación Mariana de los Luises, el Seminario Menor de San Ignacio, la Congregación Misionera del Sagrado Corazón, las Escuelas Profesionales Labor y la Asociación Católica de Propagandistas y su espléndido grupo de obras (entre ellas se encuentra este diario que están ustedes leyendo).
Suele ser desconocido en general por nuevas generaciones e incluso a veces infravalorado por los que no saben distinguir lo coyuntural de lo que tiene perpetua validez. Desde luego es hijo de su tiempo y responde a las circunstancias de la época que vivió, pero posee un indudable núcleo de sustancia permanente.
Como él mismo decía: «yo no quiero ser hombre de muchos libros, sino de pocos, buenos y asiduamente leídos y pensados y estudiados… Lo que yo sé de bibliotecas es que hay en el mundo una inmensa verborrea y una inmensa 'escritorrea'; y una anemia inmensa de acción para el bien del prójimo desamparado». El mayor experto en su obra, José Luis Gutiérrez, subrayaba algunas notas definitorias de su estilo: claridad, sencillez y brevedad; escritura siempre al dictado de la experiencia de la vida y con la vista fija en el aprovechamiento de los lectores; y por último se trata de un escritor tardío, pues toda su obra se redactó en su edad madura incluso lindando con la vejez.
martes, 28 de febrero de 2023
Se contagió de los sueños de Orwell como si fueran sarampión
«Se contagió de los sueños de Orwell como si fueran sarampión», dijo una amiga de Eileen O’Shaughnessy, que en 1936 se casó con Eric Arthur Blair, más conocido como George Orwell. Eileen era una destacada graduada de Oxford, con un increíble don de gentes (caía bien a todo el mundo), y una carrera prometedora. Estaba a punto de concluir el programa superior en psicología educativa cuando dejó todo por irse a vivir con su marido a una casa de campo en Wallington.
Descubro con alegría la importancia que da a este dato Dorian Linskey en El ministerio de la verdad. Una biografía del 1984 de George Orwell (Capitán Swing). «Los dos eran reservados con sus emociones y tenían cierta tendencia a la melancolía, sazonada con un irónico sentido del humor y un espíritu generoso. Compartían la pasión por la naturaleza y la literatura, unos gustos frugales y una clara despreocupación por su salud y su apariencia: era raro verlos sin un cigarrillo en los labios. Ambos tenían fuertes principios y el valor para actuar acorde a ellos».
miércoles, 22 de febrero de 2023
¿Guardarán memoria de la promesa que les ha sido confiada? Florecer, de Daniel Capó y Carlos Granados
Este ensayo de escueto y poético título es fruto del encuentro entre un escritor y padre de familia con un erudito sacerdote y director de un colegio madrileño que destaca por su audacia en el proyecto educativo. Porque no estamos ante una edición que recoge dos libros distintos, aunque por la división y la concreta identificación de los autores así lo parezca. Estamos ante un auténtico diálogo entre Daniel Capó y Carlos Granados. Esto es, que puede correr el riesgo de convertirse simplemente en una figura de promoción editorial, un verdadero enriquecimiento de dos autores a los que hay que tener muy en cuenta.
Florecer es el original título. Original en todo su sentido etimológico. No tanto por su novedad, ya que los mismos autores apuntan que es un concepto utilizado desde la antigüedad clásica, sino por esa misma razón, porque enlaza con los orígenes, con la raíz de nuestra cultura. ¿Por qué educamos?, se preguntan Capó y Granados: «Educamos para que el alumno florezca en las diversas etapas de la vida», o también «Florecer es un testimonio y una razón», es un humus, dirán también, con un término muy estimado por ellos, en tanto que muestra una esperanza. Además, este florecer, explican, partiendo del Eclesiástico y de Aristóteles presenta una paradoja de la doble estructura temporal. Así el educador asume el doble punto de vista teleológico y kairológico: qué será este alumno de mayor y también que está destinado a ser ahora.
martes, 7 de febrero de 2023
Hannah Arendt y la amistad
Las obras colectivas son práctica habitual en la edición universitaria. En ellas, un grupo de profesores realizan un acercamiento a un tema común, y cada autor arrima el ascua a su doctrina, como diría Enrique García-Máiquez. Luego, en el circuito de la edición comercial estas obras se reciben con suspicacia, porque al público general no suelen gustarle ese tipo de libros.
Por eso llama la atención que Paidós, editorial con un marcado interés por la alta divulgación, presente Hannah Arendt y el siglo XX, donde un buen grupo de profesores reflexiona sobre distintos aspectos de esta pensadora. Los autores no son suficientemente conocidos en España, pero imagino que lo serán para el lector muy especializado.
Contiene un capítulo especialmente llamativo titulado «Conversaciones interminables entre amigos. Hannah Arendt y la amistad». Su autora, Úrsula Ludz, afirma que... (seguir leyendo en Alfa y Omega)
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Artículo de Carl Trueman publicado en El Debate (Traducción de Pablo Velasco) Ayaan Hirsi Ali, ex musulmana y ahora ex atea, ha declarado r...
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