Hace un par de días, en un intento por encender la mecha de la pasión por la poesía entre la tribu, eché mano de un éxito seguro: Becker.
Comencé recitando aquello, tan ingenuo, tan carpetero y tan absolutamente real de
Comencé recitando aquello, tan ingenuo, tan carpetero y tan absolutamente real de
Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el
sol,
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...,
¡hoy creo en Dios!
No hubo la respuesta esperada. No hubo desmayos, ni lágrimas de felicidad. Como mucho peticiones de retomar a los "hermanos grimm".
Horas más tarde escucho en Radio 3 la voz que dobla a Woody Allen, algo así como
era un día de primavera, aún no hacía calor, ella estaba preciosa, era un
pequeño momento de armonía
Mi mala memoria me hace citar aproximadamente y por supuesto ni me acuerdo de qué película es la frase.
Es en la cotidiana armonía, aquella que se produce cuando ella te mira, o cuando reparas en que ella está preciosa, o cuando el tiempo es agradable, o cuando el cielo tiene un gris especial, o cuando coincides con ella en alguna idea, o cuando ella te echa un piropo inesperado, o... , es en ese momento cuando crees en Dios y piensas que eres invencible, y te crees que el Atleti ganará la próxima Champions.
Ah! este fin de semana ha sido de armonía cotidiana
Es en la cotidiana armonía, aquella que se produce cuando ella te mira, o cuando reparas en que ella está preciosa, o cuando el tiempo es agradable, o cuando el cielo tiene un gris especial, o cuando coincides con ella en alguna idea, o cuando ella te echa un piropo inesperado, o... , es en ese momento cuando crees en Dios y piensas que eres invencible, y te crees que el Atleti ganará la próxima Champions.
Ah! este fin de semana ha sido de armonía cotidiana
No hay comentarios:
Publicar un comentario