Hace unas semanas El País se preguntaba por qué a los filósofos nadie les quiere. La cuestión la provocaba el descrédito creciente de las humanidades en los planes de estudio. Pero queda latente el engaño que sufrimos cuando no vivimos con una actitud justa las cosas, cuando no nos damos cuenta de que todas llevan escrito más allá. Así los filósofos terminan resultándonos fatigosos. Y utilizamos filósofo para todo aquel que echa parrafadas con cierto aire new age, en vez de para aquel que nos recuerda que nuestro corazón está hecho para el infinito.
Seguir leyendo en Alfa y Omega
viernes, 19 de mayo de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Por qué Ayaan Hirsi Ali se ha convertido
Artículo de Carl Trueman publicado en El Debate (Traducción de Pablo Velasco) Ayaan Hirsi Ali, ex musulmana y ahora ex atea, ha declarado r...
-
Alguien de quien me fio mucho me recomendó leer un librito titulado Elogio de la vida imperfecta de Paolo Squizzato Lejos de provocar en m...
-
No sé si les ha pasado. Llega un WhatsApp o un e-mail que dice algo así: XX [nombre de un amigo] asistirá a un Retiro. Durante el mismo, en...
No hay comentarios:
Publicar un comentario