Pero uno me gusta especialmente, sobre todo hoy al recibir una recriminación por guasap de un amigo por haber tardado en responder.
Con la aceleración del sistema de comunicaciones, el pulso de nuestros intercambios personales se va acercando a la frecuencia del tiro de bala del tráfico online, convirtiéndose prácticamente en simultáneo. Sin embargo, la aceleración de la comunicación no nos ha librado de los padecimientos de la espera. Al contrario, al sincronizarse la expectativa y la velocidad de su cumplimiento, la impaciencia parece haber aumentado.Es que ya estamos más cerca de lo oral, pero educados en lo escrito. Estamos más cerca de "una presencia inmediata", pero también perdemos ese lapso de tiempo hacía imaginarse al receptor mientras leía, y eso "abría varias vías".
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