«Bob Dylan iba caminando por la calle, y escuchó a un grupo de jóvenes tocando “Knockin’ on Heaven’s Door” en un jardín, y se asomó, y escuchó una melodía que le gustaba aunque ya no sabía muy bien de qué le sonaba, y entonces oyó a alguien quegritaba: “¡Eh, tú, largo de aquí!”, y Dylan, obediente, se fue y continuó su camino, tarareando la melodía que acababa de oír y que no lograba identificar, mientras pensaba que le hubiera encantado escribir aquella canción».
viernes, 30 de julio de 2010
Relato Dylaniano
De Eduardo Jordá, en su blog «Terra Incógnita»,
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