viernes, 26 de junio de 2009

Un día de fiesta

Leyendo "Una teoría de la fiesta" Joseph Pieper (Rialp), encuentro algunas ideas interesantes para un día como hoy:

la fiesta es esencialmente una manifestación de la riqueza, no precisamente
de dinero, sino de riqueza existencial


Ahora bien, ¿cómo es posible ofrecer algo tan valioso sin más? Pieper contesta:

la contemplación es elemento constitutivo del hombre, de la misma manera que
el logro de la contemplación, por ser contemplación del amado, supone una
relación inmediatamente existencial, no intelectual con la realidad, que no
tiene otro nombre que el de amor. A pesar de la hojarasca de trivialidad,
sentimentalismo, y desrealización espiritualista, bajo la que la palabra amenaza
llegar a ser irreconocible, no se puede prescindir de ella; ninguna otra puede
ser tan atinada en este caso. No se renuncia a nada a no ser por amor.


Pero diréis, ¿qué fiesta es hoy? Pues además de San Josemaría y San Pelayo (patrón de la castidad), se cumplen 4 años del acto de libertad más grande que he hecho en mi vida. La plena disposición de mi vida para decirle a una mujer (y ¡qué mujer!) que me entregaba a ella sin condiciones para siempre. Así que me voy a contemplar a mi mujer...

Y para celebrarlo, allá va un verso de Goytisolo que define cómo es ella (de nuevo se confirma que mis mejores versos los han escrito otros)

A veces ordenan que hagáis esto o aquello y enseguida te enamoras de quien
no hace ni caso


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