Mi libro preferido de mi infancia es sin lugar a dudas "Un año de vacaciones". Qué gran título.
El otro día escuché un gran argumento de un sacerdote que afirmaba vivir permanentemente de vacaciones.
Es en el cielo cuando descansaremos, donde están las verdaderas vacaciones.
Nuestro paso en la tierra, es un peregrinar, un viajar constante.
Y siempre que aquí, en esta vida, cuando nos vamos de vacaciones, contamos también dentro de este periodo el viaje. Ergo vivimos en unas vacaciones permanentes.
martes, 30 de junio de 2009
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